Anemia: causas, síntomas y tratamiento

Posiblemente, alguna vez hayas experimentado un cansancio profundo que no se solucionó con una buena noche de descanso.

Si además lo acompañan mareos, manos y pies fríos o dolores de cabeza, seguramente hayas tenido o tengas anemia.

En este artículo descubrirás cuáles son las causas de la anemia, cómo identificarla y tratarla. ¡Empecemos!

¿Qué es la anemia y en que afecta?

La anemia se caracteriza por la falta de glóbulos rojos suficientes para transportar el oxígeno necesario a todo el organismo, o por un bajo nivel de hemoglobina dentro de los glóbulos blancos.

Esta hemoglobina es una proteína rica en hierro que otorga ese color oscuro a la sangre y que se ocupa de llevar el oxígeno desde los pulmones al organismo.

Cuando sufrimos anemia, todo el organismo entra en una fase de letargo por la falta de oxígeno. Algunas funciones entran en modo de ahorro provocando un repentino y profundo cansancio o fatiga que no mejora con el descanso.

Tenemos que tener en cuenta que la simple presencia de fatiga no es un indicador claro de anemia, ya que puede tener otras causas, por ello, recomendamos acudir al médico para un examen completo.

¿Cuáles son los síntomas?

Como hemos comentado antes, la anemia se caracteriza por el cansancio o fatiga, pero, dependiendo de la gravedad, se pueden presentar los siguientes síntomas:

• Fatiga
• Debilidad
• Piel pálida o amarillenta
• Latidos del corazón irregulares
• Dificultad para respirar
• Mareos o aturdimiento
• Dolor en el pecho
• Manos y pies fríos
• Dolores de cabeza

La anemia, con todos o algunos de estos síntomas, se puede instaurar de forma repentina o progresivamente en el tiempo. En situaciones, cuando su presencia es muy paulatina, podemos no llegar a notarla, ya que el organismo se va adaptando.

Podemos decir que, cuanto más fuertes sean los síntomas, y si aparecen al realizar el mínimo esfuerzo, estamos hablando de una anemia más aguda.

¿Cuál es la causa de la anemia?

Antes de nada, es importante aclarar que la anemia no tienen una única causa y tampoco existe solo un tipo.

Según la causa de la anemia podemos presentar los siguientes tipos:

• Si los glóbulos blancos se descomponen demasiado rápido se denomina anemia hemolítica. Puede ser debido a que el sistema inmune destruye los glóbulos rojos, o por factores hereditarios como la talasemia.
• Si los glóbulos rojos se crean demasiado despacio, se clasifica en tres tipos:
  • Aplásica: ya no se fabrican debido a una infección o enfermedad.
  • Ferropénica: se produce por la falta de hierro en la dieta.
  • Por déficit de vitamina B12: debido a la falta de la vitamina en la dieta, o no se asimila.

También debemos mencionar otra causa más evidente de la anemia, la pérdida de sangre. En estos casos se debe a hemorragias por heridas o sangrados menstruales.

¿Qué se puede hacer para curar la anemia?

Algunos de los tipos de anemia no se pueden curar, pero en todos los casos, el primer paso es equilibrar todos los factores que desencadenan la anemia.

En el caso de la anemia ferropénica, seguramente tu médico te recete un suplemento de hierro y, o posiblemente, un suplemento multivitamínico.

Uno de los factores clave es la alimentación, ya que indiferentemente del tipo de anemia, una alimentación adecuada siempre será de gran ayuda para combatir sus síntomas.

Algunos de los alimentos imprescindibles son la carne magra, pastas, acelgas, huevos o frutos secos, junto a cualquier alimento enriquecido con hierro.

En productos enriquecidos con hierro, es preferible que sea orgánico, puesto que es más fácil de asimilar por el organismo.

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